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martes, 20 de febrero de 2018

Desenlace de Castañares - El rol de los milicianos tucumanos en la Batalla del 20 de febrero de 1813

El 16 de febrero, la avanzada patriota bajo el mando de Eustaquio Díaz Vélez, chocó con las del general realista Pío Tristán que ocupaban las alturas detrás de un riachuelo llamado Zanjón de Sosa. Allí este bravo militar (como ya vimos, hijo de una tucumana de la familia de Aráoz) y héroe de La Batalla de Tucumán, sufrió una grave herida de bala; aunque terminó la carga de manera eficaz, tuvo que ser asistido casi desangrado, perdiéndose para el resto de la batalla.

Crnl. My. D. Bernabé Aráoz


Detrás de la vanguardia, Belgrano ordenó efectuar un movimiento envolvente con el grueso del ejército por caminos de montaña, marchando 17 km en una jornada, guiado por el capitán salteño Apolinario “chocolate” Saravia. Tras efectuar un rodeo a través de la quebrada de Chachapoyas, acamparon a 5 km de la ciudad, bajo una copiosa lluvia.

Gral. D. Manuel Belgrano
Los tucumanos formaron en la sexta columna del regimiento I al mando del teniente coronel Gregorio Pedriel, y su segundo el sargento mayor Francisco Tollo, dividido en cuatro secciones al mando de los capitanes Silvestre Álvarez, Mariano Díaz, Vicente Silva y Luciano Cuenca, que formaba el cuerpo de reserva e infantería y de caballería , lo componían dos cuerpos de Dragones al mando, uno del comandante y sargento mayor interino Diego González Balcarce y de sus secciones al mando de Gabino Ibáñez, Juan Manuel Mallán y el alférez Lorenzo Lugones, el otro al mando del capitán Domingo Arévalo, y sus secciones: 1) al mando del teniente Juan Paz, 2) del capitán Alejandro Heredia, y la 3) del alférez Juan José Jiménez, Belgrano anota: agregué para la acción a los escuadrones de milicias de Tucumán del mando del coronel mayor D. Bernabé Aráoz y de Jerónimo Zelarayán, con quienes estuvo el capitán de Dragones Diego de Valderrama.

La vanguardia atacó frontalmente, para luego replegarse y así accionar juntamente con el grueso de las tropas que el día 19, a las 11 de la mañana, avanzó por la pampa de Castañares, y atacó la posición realista por la retaguardia bajando de los cerros.

Allí, la caballería gaucha volvió a demostrar su destreza para maniobrar en esos montes que los criollos sabían encarar como nadie, con una temeridad rayana en la locura.



Belgrano se encontraba seriamente enfermo, por lo cual había preparado un carro para efectuar en él los desplazamientos, pero a último momento se repuso y pudo montar a caballo.

Al mediodía del 20, el ataque se generalizó desde distintas direcciones. Tristán desplazó su dispositivo, improvisando una posición defensiva hacia el norte.

Actos de bravura y coraje se multiplicaron por doquier y la tierra bramaba ante las cargas de caballería y estallidos producidos por fusiles, tercerolas y cañones de diferentes calibres. Primero los flancos realistas y luego el centro comenzó a ceder ante el ataque arrollador de los patriotas, quienes cargaban una y otra vez ignorando la lluvia de plomo con la que eran repelidos.

En el cerro de San Bernardo, un destacamento español resistía el ataque patriota, obligando a Belgrano a emplear sus reservas para lograr su rendición. Continuó el ataque a través del Tagareté, en momentos en que los realistas, ya al límite de sus resistencias se replegaron al recinto fortificado de La Plaza Mayor. Finalmente, el abrumado Pío Tristán se vio obligado a ofrecer la capitulación que fue aceptada por Belgrano, quién incluso les permitió retirarse desarmados, prestando previamente juramento de no tomar las armas contra las Provincias Unidas del Plata hasta el límite del Desaguadero, que era el objetivo a alcanzar y que le había fijado el gobierno a Belgrano.
Así fue como el 20 de febrero de 1813, las armas patriotas, venidas desde Tucumán, triunfaron de manera contundente sobre los realistas en La Batalla de Salta.

Como escribió Julio P. Avila: “El coronel don Bernabé Aráoz, al frente de la Milicia Patriótica de Tucumán, ocupó un puesto de honor bajo el mando de Belgrano, compartiendo con éste la gloria de haber vencido al general Tristán el 20 de febrero en Salta”.


Fuente: José María Posse, "Bernabé Aráoz, el Tucumano de la Independencia". Mundo editorial, 2017.

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